Fecha 26 de noviembre de 2020
Contenidos en pandemia
Este año el Perú y el mundo cambiaron por completo. Y no solo por la reciente crisis política. Ya ha pasado casi un año desde que se recibieron las primeras noticias del nuevo coronavirus, allá en la lejana Wuhan, en China, y hay que reconocer que el mundo que conocíamos ya fue.
En la industria de generación de contenidos esto se ha hecho más que evidente. El aislamiento social, el bajón en las economías, las restricciones en el transporte de mercaderías y una necesidad urgente de cuidarnos de cualquier objeto externo que pueda ser portador del virus nos exige alejarnos de todo lo que podríamos tocar, pero no ver.
Y en ese contexto, las ventas de libros y publicaciones impresas se han resentido. La Feria del Libro de este año, según el balance que hizo la Cámara Peruana del Libro, vendió la décima parte de lo que logró en el 2019 (Ver aquí). Y a nivel global lo mismo ha sucedido, pues la cautela manda. Sin embargo, la industria de libros digitales ha permanecido boyante. En junio, el “Barómetro de libros de consumo digital” (Ver aquí), un reporte sobre las ventas de e-books y audiolibros en las importaciones de Canadá, Alemania, Italia, España, Brasil, México e Inglaterra, reportaba que hasta mayo las ventas de libros digitales eran sustancialmente mayores a los meses previos a la pandemia. Y, en julio, un estudio de la distribuidora de libros digitales Libranda revelaba que las ventas de ediciones digitales en español habían aumentado 50% entre marzo y abril; mientras que otro, del servicio de lectura digital Bookmate, señalaba que el tiempo de lectura había crecido en 50% por las medidas de confinamiento. (Ver aquí).
Y no son los únicos contenidos digitales que han visto estimulado su crecimiento. Las video llamadas, un formato habitual ahora y para el que incluso hay que seguir ciertas normas de etiqueta social, ya reportaban en mayo un crecimiento de 155% respecto de marzo, según datos de Movistar, con mayor tráfico de datos en sus redes fijas y móviles debido a ello (Ver aquí). Y, en redes sociales, Ipsos reportaba en junio un crecimiento anual de 15% en el número de peruanos que son usuarios de las redes sociales, estimado en 13.2 millones de compatriotas de entre 18 y 70 años del Perú Urbano, 2 millones más que hace un par de años. Estos usuarios, 78% de la población, considera imprescindibles Facebook, WhatsApp y YouTube (Ver aquí).
Este es un dato consistente con las tendencias globales. We are social, quien reporta estadísticas globales de Internet, consignaba en su reciente reporte de octubre que 4,140 millones de personas eran usuarios activos de las redes sociales, 9% más que lo reportado en enero (3,800 millones). Y Zoom había escalado dentro del selecto grupo de las 20 websites más visitados del orbe, cuando en enero ni asomaba (Ver aquí).
Para las empresas y las marcas, estas tendencias arrojan imperativos estratégicos: cómo potenciar sus marcas en estas plataformas, cómo usarlas para conectar con sus clientes y cómo ayudar a sus canales de distribución a que entren también en esta dinámica. Más aún cuando cuatro de cada 10 usuarios globales de Internet han bloqueado la publicidad, según el reporte de We are social.
Así, las organizaciones deberán apostar por desarrollar contenidos 100% adaptados al mundo digital, no solo para dar a conocer qué es lo que hacen, adaptar los contenidos que ya tenían en sus plataformas, para mostrarse como expertos con propósito o que, en busca de éste, tienen un mejor producto o servicio que los demás a precios adecuados. Por otro lado, tendrán que pensar en la experiencia de sus usuarios, desde el punto de vista de las múltiples oportunidades de contacto que trae el mundo digital. Y, muy posiblemente, ayudar a sus socios de negocios en este tránsito o unirse a ellos para potenciar sus proyectos de mejora. Porque en el mundo digital, la unión no solo estimula el aprendizaje y la innovación, sino que hace la diferencia.